Lesbofobia y visibilidad lésbica
El pasado 26 de abril fue el día de la visibilidad lésbica, lamentablemente fue eclipsado por la cuestionada sentencia de “La Manada”. Lejos de quejarme por ello me gustaría resaltar cómo las lesbianas antes que nada somos mujeres y que, como tales, estamos condicionadas por ello. Cómo somos tratadas y vistas está intrínsecamente relacionado con este hecho.
Sufrimos una hipersexualización que también compartimos con otras mujeres del colectivo, como pueden ser bisexuales o trans. Como toda mujer somos objetivizadas, pero con un matiz: no somos accesibles al varón bisexual o heterosexual. Frustrados ante esto algunos, pocos hoy en día, siguen diciendo eso de que lo que nos hace falta es “una buena polla” pero hay otro pensamiento que aún sigue muy extendido gracias al porno. Muchos hombres que he conocido saben perfectamente que las lesbianas salimos con chicas, solo tenemos relaciones con ellas y que no se nos puede cambiar. Pero aún así albergan la esperanza de hacer un trío con alguna lesbiana para satisfacer su fantasía sexual. Vemos como, aunque no digan lo mismo que los primeros, realmente siguen pensando que su miembro (en el caso de que sean hombre cis) nos puede hacer querer tener relaciones con un hombre. Creo que esto se debe a que en el porno se nos visibiliza como un objeto consumible y creen que somos también consumibles en la realidad, que en el porno llegue al final el tío “cis” a poner orden no es real. El morbo que nos imponen a las lesbianas es llamativo y cuestionable, sin embargo creo que es un tema a tratar en otra ocasión por su longitud.
Si vemos como somos vistas en los medios, si hablamos de programas podríamos directamente decir que apenas somos vistas. Salvo Alejandra Castelló (presentadora de Hora Punta) ninguna del resto lo dice públicamente o habla de su mujer o su novia. Algunas como Toñi Moreno son sacadas por sus propios entrevistados, que no saben que lo llevan en secreto o que nunca hablan sobre ello. En las series de televisión nos encontramos con otra problemática, sí que existimos pero somos en muchos casos un factor morboso que retirar cuando deja de serlo o convertirlo en dramático. Por ejemplo, en “Ciega a Citas” se introdujo un personaje lésbico que duró los pocos capítulos en los que la protagonista dudaba de su sexualidad para terminar reafirmando en que era hetero y que quería a su novio… En “Los Hombres de Paco” se encuentra la otra cara de la moneda, el amor de Pepa y Silvia se ve interrumpido en su propia boda con una bala perdida. Los guionistas muchas veces no ven la necesidad de que lesbianas y bisexuales tengan referentes de mujeres que, como ellas, aman a otras mujeres y son felices.
Debemos exigir mayor representación en los medios: que cantantes, periodistas y personajes hablen libremente de su sexualidad (si es lo que desean) sin temor a que su carrera sufra y además sabiendo que están siendo vistas por muchísimas niñas y mujeres que van a verlas como referentes y representaciones de sí mismas. Sin olvidarnos de luchar contra el patriarcado y el machismo, si queremos algún día vivir en total libertad nuestra sexualidad.
Carmen Jiménez Camacho
Estudiante de 18 años en 2º de Bachiller CCSS.
Activista feminista y LGBT con participación en Arco Iris Córdoba.
Con experiencia en campañas anti-lgbtfobia en institutos.