La cuestión trans:El papel de las personas trans en sociedad y en el movimiento LGTBI
En esta década hemos presenciado como la imagen de la transgeneridad (transexualidad) ha cambiado radicalmente. Desde la información general sobre el tema que se maneja en sociedad, hasta la cantidad y calidad en el abordaje de los medios audiovisuales.
Sin embargo, cuando se abordan estos temas parece seguir generando una cierta incomodidad en las personas cisgénero, tanto dentro como fuera del movimiento LGTBI. ¿Por qué sucede esto?
Para empezar, durante la época de la “revolución sexual”, donde el movimiento LGTBI fue cobrando cada vez más fuerza, el camino de las personas trans y las personas homosexuales y bisexuales (especialmente hombres homosexuales) han tomado direcciones completamente diferentes.
Mientras las personas trans y de expresiones de género marginalizadas fueron el motor del movimiento, encabezando las primeras protestas, desde la revuelta de Stonewall, hasta la creación de los primeros orgullos en todo el mundo.
Mientras tanto, los medios y la sociedad reaccionaban de manera violenta sobre todo el movimiento. Su herramienta más eficiente era (y es) la otredad. Informar sobre una minoría aparentemente nueva que reclamaba su lugar en la sociedad, podría ser un ataque contra la integridad de todo el tejido social, la destrucción de la unidad mínima de la economía: la familia.
Gracias a la lucha constante del movimiento se han ido conquistando derechos, y concienciando a la gente de que las personas lgtbi son ciudadanas de pleno derecho. Pero, ¿se ha peleado por la inclusión social de todos los miembros del colectivo?
La estrategia de normalización ha sido efectiva en cuanto a coseguir leyes para el matrimonio homosexual y el reconocimiento como familia para las parejas homosexuales, además de posibles adoptantes.
No obstante, la normalización ha tenido un precio bastante alto. La forma más rápida de conseguir esta normalidad ha sido desplazar la otredad hacia otro foco. De esta manera, hemos visto como los discursos de normalización se han ido orientando a que las parejas homosexuales (sobre todo hombres) se asemejaran a los matrimonio heterosexuales. Dejando a un lado, no sólo a las personas trans y bisexuales, si no a personas homosexuales que no encajaran con los estereotipos de género (tuvieran pluma), o fueran disidentes del pensamiento mainstream (personas lgtbi con un discurso anticapitalista, antirracista o feminista).
De esta manera, las personas trans en España fueron expulsadas del Orgullo que crearon ellas durante un cierto tiempo, puesto que el colectivo gay consideraba que sus propias peticiones no guardaban relación con el colectivo trans (formado en ese momento por una gran mayoría de mujeres trans trabajadoras del sexo)
Las personas trans han supuesto un desafío respecto a todo lo establecido respecto al género y la sexualidad, esta es la fuente de la incomodidad. La transgeneridad pone en debate lo que hasta ahora significaba ser hombre o mujer, o sentirse atraído por un hombre o una mujer.
Por mucho que suponga una ruptura de esquemas sociales, las personas trans no se van a ir, pero está en manos de toda la sociedad y el colectivo LGTBI escucharlas y comprender, que lo único que pedimos es respeto y los recursos necesarios para poder desarrollar una vida en sociedad.
Akai Baena
Colectivo TT Cordoba.
Graduada en Comunicación Audiovisual
Máster en Estudios feministas
