El marrón del cannabis
“Si el cannabis fuera legal no habría problemas” “la marihuana es una planta y como tal no crea problemas” “es mucho peor fumar tabaco” “por un porro de vez en cuando no me voy a enganchar” “todos los jóvenes fuman”….
Estas frases y muchas más estamos acostumbrados a escucharlas por parte del sector más joven de la población, este fenómeno de tolerancia social hacía este consumo no deja de ser como poco curioso y significativo sobre todo si tenemos en cuenta que ya en 1948 la Organización Mundial de la Salud (OMS) concluyó que el uso del cannabis era peligroso a nivel tanto físico y psíquico como social. La baja percepción de los riesgos que el uso del cannabis tiene entre la población adolescente y joven está llevando a un consumo de esta sustancia prácticamente normalizado entre dicha población.
Como adultos tenemos claro que la adolescencia es una etapa vital en la que la experimentación les lleva a formar una estructura de personalidad, sin embargo no podemos o no debemos “permitir” todo tipo de experimentación ya que esto nos llevará a ser tan responsables como ellos de los posibles problemas que el consumo les pueda generar y se hace necesario y fundamental que los adolescentes y jóvenes tengan una información sobre las sustancias ya que disponer de esta información les ayudará a desmitificar mitos en torno a las sustancias y a tomar decisiones.
Ser adolescente significa en muchas ocasiones sentiros invulnerables a los problemas de salud y efectivamente las consecuencias que para vuestra salud física pueda tener el consumo de porros dista mucho de ser una preocupación para vosotros, pero ¿y si hablamos de salud psíquica? ¿Estáis seguros de que el porro no os va a generar consecuencias en este sentido? ¿Realmente tenemos capacidad para controlar lo que el porro hace en nuestro sistema nervioso?……
Mi objetivo con este artículo no es el demonizar el consumo pero sí como he dicho anteriormente el que tengáis una información sobre dicha sustancia, y, hablando de salud mental hay una creciente evidencia epidemiológica de la existencia de efectos adversos sobre la salud psíquica a medio y largo plazo.
Si habéis experimentado con el porro ya sabréis que produce síntomas psicológicos y alteraciones en el comportamiento a los pocos minutos de ser fumado y que puede durar horas ya que el porro aunque sea a dosis bajas interfiere en procesos cerebrales fundamentales. Esos síntomas que aparecen rápidamente son: excitación inicial con sensación de euforia, seguido de una fase depresiva con sedación, problemas de coordinación intelectual, risa fácil, somnolencia, locuacidad, dificultades para concentrarse, dificultades para memorizar incluso las tareas mas sencillas, y hay un síntoma que me parece muy importante incidir en él porque a veces se asocia más a una característica de la adolescencia que al consumo de porros y es lo que conocemos como Síndrome Amotivacional. Este síndrome se define como un estado de pasividad e indiferencia, caracterizado por un mal funcionamiento de las capacidades cognitivas, interpersonales y sociales convirtiendo al fumador en una persona apática, sin energía, sin ilusiones ni objetivos futuros y generando en general una desgana en todo lo que hacen.
¿Qué ocurre cuando estos síntomas se presentan en un sistema nervioso adolescente? Pues que esa invulnerabilidad que sentís que tenéis se vuelve en vuestra contra convirtiéndoos en la población más vulnerable ya que el inicio precoz del cannabis aumenta la probabilidad de desarrollar dependencia, afectando a la memoria y el aprendizaje y como consecuencia impactando de manera negativa en el rendimiento escolar o en el desempeño laboral. Se han llevado a cabo estudios de seguimiento de personas consumidoras de cannabis desde el inicio de la adolescencia y estos seguimientos han demostrado que cinco años después estos jóvenes eran más propensos a abandonar los estudiosa no percibir peligro en otras drogas y a involucrarse con frecuencia en actividades delictivas.
Es posible que estés leyendo esto y reconozcas estos síntomas porque ya estés fumando porros, es posible que te cueste recordar lo estudiado o que llegues al trabajo con la cabeza cargada, o que te cueste seguir las instrucciones o explicaciones que te dan, quizá hayas abandonado la practica de ese deporte que tanto te gustaba…. Si alguna vez te haz planteado que deberías dejar de fumar, o quizá estés pensando que cada vez fumas más, si te sientes identificado con esto no lo dudes consulta con un profesional seguro que las cosas pueden mejorar en tu vida.
Si por el contrario has sabido soportar las posibles presiones para fumar y te mantienes de forma inteligente sin fumar nada es señal de que has entendido que fumar porros conlleva muchos mas riesgos para tu salud y tu desarrollo personal, es importante que te mantengas informado y con fortaleza para resistir las presiones sociales, no fumes porque tus amigos lo hagan, decide libremente lo que quieres hacer, confía en tus decisiones y en tus motivaciones para funcionar de manera diferente, te vas a enfrentar a situaciones de estrés y tendrás que recordarte que el consumo no te va a ayudar a superar ni solucionar los problemas y sobre todo prémiate por decidir no querer saber nada de los porros porque efectivamente FUMAR PORROS ES UN MARRON.
+info:
Magdalena de Miguel Fernández
Psicóloga Clínica
Unidad de Drogodependencias y
Adicciones del IPBS de Córdoba