Más allá de preparar un Curriculum, gestionar tu tiempo o ampliar tu red de contactos, la búsqueda de empleo consiste en un proceso mental en el que saldrá victorioso aquel que se aleje del desánimo y lo supla por nuevas estrategias que le permitan afrontar, con éxito y seguridad en sus posibilidades, el mayor desafío al que se puede enfrentar una persona: sentirse capaz y valorado.
A continuación, te presento algunas claves que pueden ayudarte a lograr este objetivo, para lo cual, debemos partir de la premisa innegociable de estar convencido que ahí fuera existe un puesto de trabajo para ti. De lo contrario, si piensas que no hay ofertas interesantes y que no tienes posibilidad de trabajar en aquello que te gusta: ¿Crees que puedes encontrar algo que estás convencido que no existe?
La primera clave consiste en “Definir con exactitud lo que quieres”.
Cuando nuestra deportista olímpica Carolina Marín tenía 12 años renunció a lo que más le gustaba, bailar flamenco, para dedicarse en cuerpo y alma al bádminton. Un deporte, que apenas contaba con seguidores en España y que, a nivel mundial, siempre estuvo dominado por las asiáticas. Para suplir estas carencias, Carolina tuvo que enviar a su cerebro (al Sistema Activador Reticular) un mensaje muy claro: “Voy a ser campeona de España y voy a ganar unas Olimpiadas”. Esto le permitió enfocar todos sus esfuerzos y recursos en ese objetivo.
Buscar empleo no es una tarea fácil pero, cuando tienes claro el trabajo que quieres lograr, partes con una ventaja frente al resto de competidores: sabes a dónde quieres llegar, el camino que te falta por recorrer, las habilidades que tienes y las carencias que debes mejorar. Por eso, te animo a que pienses ahora mismo la empresa en donde te gustaría desarrollar todo tu potencial, departamento, sueldo, funciones, incluso la fecha de inicio. Cuando tienes un plan definido en tu cabeza, solo hablarás, pensarás y actuarás en base a esa meta.
La segunda clave es la Visualización.
Cuando el pequeño Neil se pasaba largas horas con su tío mirando a las estrellas, nadie podía imaginar que pasaría a la historia como el primer hombre en pisar la Luna. Armstrong recuerda que, de pequeño, ya se imaginaba todo lo que iba a hacer de adulto: unos logros inalcanzables para una época en la que ni siquiera existían cohetes espaciales. Gracias a que “se ve con los ojos y se visualiza con la mente”, pudo recrear mentalmente una situación futura que aún no había vivido, de forma que cuando llegó el día de hacerlo realidad, sintió que ya había estado allí muchas veces.
Esta técnica es muy útil para “engañar” a nuestro cerebro e imaginarnos distintos escenarios a los que nos vamos a enfrentar en el futuro. Puede ser una entrevista que vas a tener mañana o visualizarte desarrollando el nuevo trabajo que vas a comenzar ahora. Eso sí, haciéndolo de forma positiva e involucrando al mayor número de sentidos posible con el objetivo de ganar confianza y seguridad. Para esto, bastará que cierres los ojos en un lugar tranquilo y te imagines esa escena en donde sales airoso de todos los problemas que te han surgido relacionados con el empleo, de forma que cuando realmente te enfrentes a la situación, tu cerebro ya reconozca ese escenario y acuda a las respuestas que te diste en el entrenamiento.
Para finalizar, como tercera clave, te recomiendo no olvidarte de confiar en tus posibilidades, de creer en ti y en todo lo que puedes lograr. La interpretación que le des a los hechos puede ser determinante y para ello no hay mejor medicina que centrarse en lo que puedes controlar, lo que depende de ti. Sácale brillo a todo el potencial que tienes dentro y haz que destaque por encima de los demás, convirtiéndolo en tu factor diferenciador, único y exclusivo de ti.
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Alex Calvache
Coach Coeducare
Formación & Motivación
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