El voluntariado va a aportar a las personas jóvenes valores, madurez, respeto por el entorno, implicación en una ciudadanía activa, trabajo en equipo, responsabilidad…
Hacer voluntariado es una actitud que algunas personas eligen a lo largo de su vida. Es querer participar en el entorno, transformar, dar de ti, sentirte parte de la sociedad en la que vives… Tenemos que aclarar que no toda acción solidaria es voluntariado, aunque el voluntariado sí es una acción solidaria. Explicamos esto: una persona puede hacer una acción solidaria, por ejemplo, aportando alimentos en un supermercado cuando ve a personas voluntarias de las entidades que están recogiendo. U otra acción solidaria podría ser, por ejemplo, hacerse socio o socia de una entidad o asistir a un concierto benéfico que realiza una asociación para conseguir fondos. Estas acciones son solidarias, pero no son voluntariado.
Por tanto, ¿cuándo hablamos de voluntariado? Para poder decir que una persona hace voluntariado se tienen que dar varios factores. El primero, que sea una decisión libremente decidida por la persona. El segundo, que esta posea algo de tiempo para poder colaborar. El tercero, que la actividad se realice de manera altruista. Y cuarto, y quizá más desconocido, es que el voluntariado se tiene que ejercer dentro de programas coordinados por entidades no lucrativas (asociaciones o fundaciones). El voluntariado, por tanto, no podemos realizarlo de forma individual ni sin una organización que nos respalde. En ese caso, sería, como hemos comentado antes, una acción solidaria (pero no de voluntariado). Las organizaciones son las que establecen programas, parten de un diagnóstico inicial, buscan recursos, forman equipos, se plantean objetivos, evalúan los programas, etc. Y ahí forma parte el voluntariado, dentro de una estructura organizada, preocupada por el cambio del entorno.
En la Plataforma del Voluntariado nos encontramos con muchas personas que desconocen el verdadero significado del voluntariado, como hemos explicado antes, o que creen que para poder colaborar se necesitan muchas horas a la semana y, por tanto, parece que nunca es buen momento para hacer voluntariado porque no disponemos de demasiado tiempo. Nada más lejos de la realidad. Lógicamente, los programas de voluntariado requieren de una continuidad y un compromiso de las personas que lo llevan a cabo, pero cada persona decide el tiempo que quiere emplear, ya sean cinco o seis horas a la semana hasta una vez al mes.
La suerte del voluntariado es que hay tantos ámbitos de actuación, colectivos con los que trabajar, y tantas organizaciones en las que poder colaborar, que seguro toda persona interesada puede encontrar una actividad que le atraiga, se sienta útil, valore el trabajo de voluntariado y aprende que, con poco que destinemos a los demás, conseguimos grandes cambios.
La actual ley estatal de voluntariado (Ley 45/2015, de 14 de octubre, de Voluntariado) indica en su artículo 6 los diferentes ámbitos de actuación donde se puede hacer voluntariado. Entre ellos, encontramos el voluntariado social: “se desarrolla mediante la intervención con las personas y la realidad social, frente a situaciones de vulneración, privación o falta de derechos u oportunidades para alcanzar una mejor calidad de vida y una mayor cohesión y justicia social”.
Este campo de acción es el mayoritario dentro de las organizaciones. Se trataría de todas aquellas entidades que trabajan, por ejemplo, por la plena inclusión de las personas con discapacidad en la sociedad, por la lucha de derechos de personas privadas de ellos, por una mejor calidad de vida de personas mayores o un trabajo de apoyo y denuncia social con mujeres víctimas de trata, entre otros muchos ejemplos.
Además de este ámbito, nos señala la ley, el voluntariado medioambiental, el voluntariado internacional, el educativo, el socio-sanitario…, entre otros.
La realidad de organizaciones en Córdoba es muy amplia y variada. En toda la provincia encontramos cientos de organizaciones que trabajan con diferentes programas y diferentes personas, dentro de esta rama que hemos denominado, social.
Las personas, desde muy jóvenes, deben de acercarse a las entidades de su entorno, conocer qué hacen, qué programas llevan a cabo, qué objetivos persiguen, qué resultados obtienen con su trabajo… El voluntariado va a aportar a las personas jóvenes valores, madurez, respeto por el entorno, implicación en una ciudadanía activa, trabajo en equipo, responsabilidad…
La citada ley estatal de voluntariado nos pone un reto a las organizaciones y es la de incluir a jóvenes, a partir de los doce años, en la acción voluntaria. Aún nos queda mucho que aprender a las organizaciones en este aspecto, pero esa es la tendencia, que el voluntariado sea parte de nuestra vida desde bien jóvenes, aprendiendo de todo lo bueno que aporta.
María Pineda
Plataforma del voluntariado de Córdoba
plataforma@voluntariadodecordoba.org